Vendaval de abusos sexuales: ¿Qué mierda tienen en la cabeza?

Vendaval de abusos sexuales: ¿Qué mierda tienen en la cabeza?

Seguramente más de uno, lo primero que va a comentar es –“¿Cómo puede ser que un medio de comunicación escriba ´mierda´ en el título?”, porque lamentablemente a muchos les preocupa eso. Una mala palabra. Pero no, acá la cuestión es otra, y es para preocuparse mucho más. Mar Chiquita, como distrito, es uno de los que más incidencia tiene en cuanto a ABUSOS SEXUALES CONTRA MENORES. Estas si son realmente MALAS PALABRAS.

En los últimos años, meses, semanas, es increíble la cantidad de denuncias, investigaciones y condenados que hay en nuestro distrito por casos de abusos sexuales contra menores. En su mayoría, perpetrados desde el mismísimo seno familiar. Abuelos, tíos, padres, padrastros, abuelastros. Todos de la ´absoluta´ confianza de las víctimas, que a su vez, eran vulnerables por su corta edad, y sin poder entender lo que realmente sucedía.

Entre los casos más resonantes del último tiempo hay un padre que violaba todos los días a su hija y que hasta llegó a introducirle una morcilla en su vagina; hay un abuelastro que obligaba a la pequeña nieta de su esposa a practicarle sexo oral bajo amenaza de muerte con algunas de las armas de la casa; hay otro que sometía sexualmente a su hijastra y le pedía que invitara a la hermana pequeña a que los mirara; hay un tío que intentaba por todos los medios penetrar a su sobrina, y la tocaba, y usaba sus dedos, y su boca. Así de impúdico, así de fronterizo y demencial.

En las últimas dos semanas, se concretaron tres detenciones por casos de abuso sexual contra menores. Dos padrastros y un padre.

“Mi papá piensa que mi mamá y yo somos sus mujeres que tenemos que hacer lo que él diga porque si no nos pega o comienza a tirar todas las cosas de la casa” fue una de las declaraciones de una víctima, que era abusada en Santa Clara del Mar desde los 6 años de edad. Recién a los 13, y gracias a  una charla de la Comisaria de la Mujer en la escuela, pudo contarlo.

“Si decís algo te voy a dar un tiro en la cabeza y vas a terminar igual que tu viejo, bajo tierra”,  amenazaba un abuelastro a una jovencita, de la que abusó desde los 5 y hasta los 13 años en Coronel Vidal y General Piran. Después de un “abuso violento”, según consta en la investigación, pudo contarlo a su madre y así denunciaron al geronte. Cuando lo detuvieron, había una escopeta 12/70, con la que amenazaba a la menor.

Una nena de 13, en Coronel Vidal, le pudo contar, después de cinco años a su propio padre, que el novio de su mamá abusaba de ella. La madre, restaba importancia a las denuncias, y se descubrió que estaba al tanto de todo, también fue imputada por corrupción de menores        

Un parquero de Vivoratá, que tenía como novia a una empleada doméstica de La Armonía, que vive en Coronel Vidal, forjó una relación extraña con las hijas de 12 y 7 años de ella. “Quieren que yo las duerma, y después me quedo dormido yo” respondía el chacal cuando su pareja le reprochaba la ausencia en la cama matrimonial. Pero detrás había una siniestra situación. Él abusaba carnalmente de la de 12 y la incitaba a que invite a participar a la de 7. Fue descubierto cuando su teléfono se mojó y lo pusieron en arroz. La madre de las menores encontró mensajes y pornografía que el sujeto le mandaba a la víctima.

Estos, son lo algunos de los casos más resonantes. Solo algunos, porque hay muchísimos. Al menos el 90% de los casos denunciados terminó con la certeza de que las denuncias y los hechos fueron reales.

Lo más grave, es que, al menos el 75% se dio desde la intimidad familiar. Otro 12% desde una persona conocida o cercana y los restantes desde un desconocido.

La única pregunta que primero se me viene a la cabeza es ¿QUE MIERDA TIENEN EN LA CABEZA ESOS ABUSADORES?

“Los abusadores sexuales no pueden hablar de lo que los llevó a estar presos. No piden ayuda terapéutica porque niegan la culpa y esto lo pueden hacer porque hay un mecanismo que se llama disociación, por el cual la persona tiene como una doble fachada. Es como que son buenos por fuera y malos por dentro, porque para el afuera son buenos ciudadanos, padres, docentes o compañeros de trabajo, digamos que son personas que cumplen con todo lo esperable socialmente” dice la Psicóloga Maria del Carmen Taboada.  

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