Desde siempre en la sociedad el peso de una persona define un montón de otras cosas. Aunque no estemos de acuerdo con esto, se emprendió una larga lucha contra lo que hoy conocemos como “gordo fobia” o la misma anorexia, aunque con menor visibilidad.
Mas allá de la apariencia física de uno, lo importante por sobre todo es la salud. Lo que indica un examen clínico en todo caso. Cuando hablamos de obesidad o anorexia, hablamos de enfermedades ¿cierto? Pero nunca nos referimos a la opinión de un gran porcentaje de la sociedad respecto a esto, como una de ellas.
El 90% de las personas sufrió alguna vez en su vida el prejuicio respecto a cómo nos vemos. La cuestión estética se convirtió en algo sin duda determinante en muchos aspectos. Como vestís, que color y corte de cabello elegís usar, los modismos, color de piel e incluso tu peso, te encasillan.
Las redes sociales son un foco indiscutible de todo tipo de exposiciones al prejuicio… Con el correr de los años podemos rescatar que encontramos en ellas también, un pequeño apoyo a todos aquellos movimientos que hacen un esfuerzo por borrar estos lineamientos.
El escrito esta vez va dirigido a ¿cuántas veces pensaste que estar saludable es estar delgado? Que ser saludable es sinónimo de ejercitarnos de forma exigida y hacer todo tipo de dietas. Todo ello es publicitado a diario.
Si bien no es una total mentira, en muchos casos la exigencia por llegar a una meta y la presión de vernos como lo que nos muestran en la tele, las redes y las publicidades, hace que sea algo tóxico y negativo.
En época de cuarentena, ya teniendo suficiente motivo de estrés, comer sin culpa y disfrutar ello es lo más saludable. El peso es solo peso, va y viene y con voluntad se lleva a donde se quiera.
Que la imagen que te devuelva el espejo sea positiva, depende solo de una sonrisa en el rostro.