La mujer habría sido identificada y posee antecedentes penales. Ingresó junto a un hombre vestido como operario que quedó detenido. «Ella me dice, soltame, hija de… que estoy embarazada”. Los testimonios.
El intento de robo ocurrió el pasado domingo en un almacén ubicado en barrio La Gloria de la Peregrina, en las afueras de Mar del Plata. Al momento del ataque se encontraban en el local la dueña y sus sobrinos, en tanto que en la parte trasera donde tiene su casa, había cuatro menores.
“Estoy bien. Me estoy recuperando del golpe que me dio en la cabeza cuando luchamos para yo poder sacar el arma y reducirlo”, relata Héctor al medio A24, quien fue el que se trenzó en lucha con el hombre que ingresó vestido de operario junto a la embarazada.
Los ladrones entraron simulando ser clientes. Allí, el hombre de 56 años desenfundó una escopeta recortada y encañonó a los dueños. En ese momento la cómplice ató a Héctor con precintos a una silla pero logró escapar y se peleó con el ladrón.
La secuencia
“El domingo a las 7 y media de la tarde ingresan estas dos personas, a las cuales me piden fiambre. Cuando me doy cuenta ya lo tenía él encima mío”, explicó la víctima. “La mujer me ató con precintos en las manos y en el momento que mi señora le dice que se calmen, porque estaban los chicos, ellos se descuidan y ella sale corriendo. A todo eso él siempre me apuntaba con el arma a mí, me decía que me iban a matar”, continúa relatando.
Y detalló: “Cuando ellos ya estaban adentro de la casa, mi señora sale corriendo, él sale por atrás de ella y mi tía puede logra escapar también, como para ayudar a llamar a la policía».
En se momento, Héctor rompe los precintos y sale detrás del ladrón. «Lo primero que encontré fue un tacho de espuma de carnaval y con eso inició la pelea para poder defenderme”, contó.
Ese fue el momento de máxima tensión ya que sólo una puerta divide el comercio de la casa en la que estaban los menores de edad, una nena de tres, otra de doce, un nene de nueve y otro de siete.
“A mí me puso la pistola en la panza, me pedía plata, me pedía dinero”, contó Gloria, la propietaria del negocio familiar. Momentos antes de que llegara la policía, la mujer embarazada se había trenzado en lucha con la sobrina de Gloria. “Ella me agarra de los pelos y me dice, vení acá, hija de… yo también la agarro de los pelos, ahí volteamos la caramelera y ella me dice, soltame, hija de… que estoy embarazada”, explicó.
La sospecha: ¿Hicieron inteligencia previa?
Gloria reveló que el día anterior el delincuente se había hecho presente en el local y ella lo había echado por su actitud sospechosa. “Para mí el día sábado también había estado acá en el comercio, vestido de municipal. Me había dicho que venía a hacer una inspección de rutina en el comercio, de gorrita, anteojos, barbijo y guantes latex. Entonces yo desconfío y le pedí una credencial”.
“No me acerqué a él para ver la credencial porque ya temblaba del miedo porque yo me di cuenta que era delincuente. Y lo único que llegué a leer que decía la identificación (fue) “afiliado”», detalló. Entonces lo echó y comenzó a gritar. “Ne dijo, ‘señora no grite’. Y se fue y me dijo que él iba a llamar a la delegación. Le dije: ‘hacé lo que tengas que hacer, pero de acá andate, porque de vos desconfío’”, finalizó.