Todos los años llega el invierno y se desata la fiebre del pejerrey, todos los pescadores hacemos miles de kilómetros tras esta especie tan deportiva y atrapante. Porque es atrapante? , casualmente por los que nos pasó este fin de semana en La Salada Grande de Madariaga, una de las lagunas más grandes de la provincia y que este año arranco con todo.
En lo que va de la temporada ya fui cuatro veces y como el pejerrey se encuentra acurdamado, si bien no es tan deportiva la pesca una vez encontrado el cardumen es una fiesta de corridas y piques. Ahora fue distinto, tenía una invitación a entrar por un campo privado a la zona de la laguna denominada “Los Laberintos “ , un lugar muy poco explorado porque es de muy difícil navegación , pero nosotros íbamos en kayak así que la famosa “gamba rusa” una planta acuática que impide la navegación a motor porque enreda cualquier hélice , no era problema para nosotros.
Cañas de 4 metros , líneas de 3 boyas con brazoladas cortas para no enredar y mojarra viva como carnada fue el arsenal elegido para la faena , primeramente cerca del punto de partida , luego y ante la falta de respuestas mucho remo y a recorrer la laguna , con muy poco éxito , como decimos los pescadores , “no los encontramos” , y esto lo reflejó posteriormente cuando fuimos a tomar un café al Club de Pesca Madariaga y vimos la mesa de fileteado de los que fueron a laguna abierta, uno pejerreyes de entre 45 y 55 centímetros , pero bueno , tal cual encabezo la nota , es lo atrapante de esta especie, combativa, pero difícil , y con tantos secretos que no nos alcanza una vida para entender , increíble la cantidad de cosas que hacen variaciones , desde la luna , la presión atmosférica, hasta los vientos , la altura del anzuelo y la presentación de la carnada . Esta vez no pudo ser, sacamos unos pocos solamente, pero nos incentivó a ir a relevarla nuevamente en breve, ya que esta hermosa y el pescado esta., solo hay que encontrarlo.