INFORME VIVORATA: ¿Es posible abrir el frigorífico en 2019?

Las ilusiones de avivaron en las últimas horas con la visita de los capitales orientales que son nuevos dueños. Leí por ahí también que algún asesor ponderó la compra del Frigorífico vivoratense como una gran inversión, pero esto no es así. La realidad es que la planta de Vivoratá entró en un paquete entregado por la brasileña Marfrig. El interés de los orientales estaba en otras de las plantas, como la de Hughes o Unquillo, y para desprenderse de la más pequeña de las industrias que MGAR tenía en Argentina, la ofrecieron a un costo menor. Pero, ¿Cómo quedó el lugar al momento del cierre en 2013?

Es cierto que la planta supo trabajar con más de 300 familias durante sus mejores días, pero también es cierto que el edificio tiene muchos años y su deterioro es notable. De hecho tenía muchos problemas durante su funcionamiento pleno, al punto de desmoronarse el piso del ciclo 2, despostada, durante una noche, sin causar por suerte ningún herido, y debiendo mudarse hacia una de las cámaras más grandes del lugar. Así mismo, durante los últimos meses de vida, ya sin faena, ni ningún tipo de producción, se realizó un importante vaciamiento del lugar.

Otro de los temas relevantes para la planta, es que, por ejemplo, se habían desmantelado por completo los túneles de congelamiento de producción, por lo que no sería posible arrancar a trabajar a pleno dentro de la planta Vivoratá.

De todos modos, no sería una locura hablar de “abrir” el frigorífico, ya que no se dieron detalles del plan de apertura que tienen los inversores, porque podrían iniciar el trabajo solo faenando, aunque, a sabiendas de que son inversores extranjeros, el propósito mayoritario que debieran tener es la exportación, ya sea hacia la Unión Europea (tenia Cuota Hilton), o bien hacia países orientales con la apertura de ese mercado. Con los detalles anteriores, eso no sería posible en un corto periodo.

Es real que Marfrig Argentina hizo inversiones dentro de la planta VVT, como se la llamaba a nivel corporativo. Pero también es real que era a la que menos importancia se le daba, porque, como dije antes, era la que menos producción le generaba y los números daban muchas veces en rojo, y pocas en ámbar. De hecho, en la decadencia del capital brasileño, fue la primera en caer y cerrar sus puertas. Brasil Food, que se hizo cargo de Quickfood, no quiso comprar esa planta al momento de tomar los capitales de MGAR, y es lógico. Es un kiosco a comparación de Villa Mercedes o San Jorge, que tiene capacidad de faena de hasta 1600 cabezas diarias, en contra de entre 400 y 600 de Vivoratá, que luego se vio reducida por la mudanza de la despostada. Ahí quedó en 350 cabezas la capacidad.

Sumado a todo lo anterior, los orientales van a tener además una fuerte competencia dentro del mercado interno, y la competencia de la industria no es la mas tranquila, ya que a pocos kilómetros, uno de los principales clientes que tenía en su momento Vivoratá, como lo era “Raffe”, optó por abrir su propia planta, y con la caída de Marfrig, supo copar el mercado zonal, no solo abasteciendo sus propias carnicerías, sino que también vendiendo a los principales compradores de la zona.

Ojalá que las intenciones de los nuevos dueños sea ponerla en marcha cuanto antes, ya que supo ser la fuente principal de ingresos económicos, no solo para Vivoratá, sino también para Coronel Vidal y zona. Pero lo cierto es que, tal vez, esto no llegue a ocurrir en 2019, no por pesimismo, sino por la cantidad de arreglos que deben hacerse dentro del edificio.