A través de una iniciativa impulsada por la Secretaría de Turismo y Cultura, encabezada por Germán Montes, se declaró patrimonio cultural e histórico a las Estaciones de Ferrocarril Calfucurá y Nahuel Rucá. «Creemos que el Partido de Mar Chiquita tiene una gran historia, con un capital cultural de patrimonio heredado en el que se hace visible el paso de esa historia», explicó Montes.
El objetivo fue darle entidad al patrimonio rural, al entender que éste contribuye a la identidad del territorio: «Es el fruto de conocimientos tradicionales, junto a estancias típicas de la zona, parajes y hasta olvidadas estaciones de trenes, que son atractivos sin igual», remarcó el secretario. La idea es generar en torno a ellos, actividades abiertas a la sociedad para que lo reconozcan, lo valoren y lo disfruten.
En 1886, la vía ferroviaria atravesaba el partido, con tres estaciones, Piran, Arbolito y Vivoratá. En 1912, se crearon dos estaciones ferroviarias: Estación Calfucurá, cuya traducción es «Piedra azul» y Estación Nahuel Rucá, que significa «Casa del tigre», teniendo en cuenta el idioma “pampa”, utilizado por los Puelche que habitaron estas zonas. Por ese entonces se preveía el loteado y la población de la costa marchiquitense, con tendencia a la instalación de balnearios. Se pensaba que ambas estaciones quedarían ubicadas estratégicamente para el servicio a estos balnearios. Sin embargo, en 1978 el último tren traería consigo el comienzo de un triste final, que terminaría en el abandono de estas estaciones.
«La naturaleza se fue apoderando de estos lugares y quedaron en total abandono. Hoy podemos decir que se logró resignificar estos espacios dándole el lugar que se merecen, y siendo valorados como la huella de un pasado y un presente que nos identifica y nos une», afirmó Germán Montes.