Sin dudas la noticia de la semana es esta. Desapareció un respirador artificial nuevo del hospital municipal Eustaquio Aristizabal de Coronel Vidal. Pero las grandes preguntas son: ¿Puede “cualquier” persona tener acceso para robarse un respirador artificial?; ¿Para qué lo robó?; ¿Por qué se lo llevó? Y sobre todo, ¿Cómo hizo para sacarlo sin que nadie se diera cuenta? Y ¿Por qué no hay imágenes de las cámaras de seguridad?
Creo que hay que comenzar por responder la última de las preguntas del párrafo anterior. El sistema CCTV del Hospital de Coronel Vidal tiene un “desfasaje” de acuerdo a las pericias de la fiscalía descentralizada. “Hay imágenes, pero se detectó que hubo un desfasaje en su utilización, hay grabaciones pero no son recientes». ¿Casualidad?
¿Para qué lo robó? Y ¿Para qué?
Gran incógnita en torno al hecho. Sin dudas tiene que ser alguien con acceso a los sistemas de salud, si es que la intención es venderlo en un eventual “mercado negro”; vale aclarar que el valor del aparato supera los 2 millones de pesos.
¿Para uso personal?, aquí radica nuevamente la necesidad de contar con conocimientos en la rama de salud o sus derivados.
¿Cómo hizo para sacarlo sin que nadie se diera cuenta?
Una hazaña sin dudas. Algo muy jugado, siendo que en los hospitales hay gente deambulando las 24 hs del día y teniendo en cuenta las dimensiones de aparatologia con la que cuenta un respirador. ¿Hay una complicidad en el robo?
¿Puede “cualquier” persona tener acceso para robarse un respirador artificial?
Definitivamente aquí la respuesta es clara. NO.
No va a ir un “Pedro” de cualquier barrio de Coronel Vidal a llevarse este tipo de aparato del hospital. Sabemos que hay ladrones en la ciudad, pero no con las cualidades del “guante blanco” como es este caso. No creo que “Marta” se levante un día y mientras pone la pava a calentar diga “che, hoy me voy a robar un respirador del hospital a ver qué onda”
Acá “hay gato encerrado”; pero quien debería estar encerrado, es el autor del robo, a quien esperamos que encuentren pronto.
