La primera pregunta que surge es cómo una persona sin permisos pudo recorrer los 1500 de ruta que separan a Paraguay de Mar del Plata. La respuesta es casi tan insólita como el propio deseo del ciclista que luego de pedalear durante 6 meses, con las paradas del caso, fue demorado en un retén en los ingresos de la Ciudad.
Según se pudo conocer, el hombre inició su viaje con un destino claro: conocer el mar. Pero no tuvo suerte. Luego de los controles habituales, le prohibieron el ingreso.
La información revelada por el coordinador del Ministerio de Seguridad provincial en Mar del Plata y la Costa, Rodolfo Manino Iriart, sostuvo que “quedará para otros el análisis de cómo llegó hasta acá”. Y agregó: “Quedaremos en contacto con él, tal vez después de la pandemia y la cuarentena lo podamos ayudar a conocer el mar”.
Sin duda es uno de los casos más llamativos con los que debieron enfrentarse los agentes apostados en los accesos a General Pueyrredón. Pero no es el único. Basta recordar el caso de un cordobés que quiso burlar a los efectivos con documentación y permisos de otra persona con el fin de visitar a su novia. Para colmo, tenía coronavirus.
Estos casos se suman al de la ciudadana boliviana que viajó desde su país natal hasta la ciudad costera y fue demorada por síntomas relacionados al Covid-19 que, luego, fueron corroborados. No hay que ir muy para atrás para sumar la extraña excusa que presentó una familia entera para entrar en el municipio: mudanza. En plena pandemia, los tigrenses intentaron pasar con todos los bártulos necesarios para establecerse en una casa local.
Más allá de lo llamativos de las situaciones. Lo que realmente preocupa en la Ciudad está relacionado a los controles de las rutas nacionales. Los responsables de seguridad de las localidades costeras aseguran que nada de esto pasaría si el gobierno nacional accionara de manera concreta e interviniera con retenes puntos estratégicos en las conexiones nacionales.