Hernán Dardick y las fotos eternas: a 10 años del histórico show de Spinetta

Hernán Dardick y las fotos eternas: a 10 años del histórico show de Spinetta

Fue el fotógrafo personal del «Flaco» en sus últimos años de vida, y el único en el escenario del show en Vélez. Radicado en Santa Clara del Mar, el recuerdo de esa noche y su amistad con el ícono del rock argentino, en charla con 0223.

Hace exactamente hoy 10 años, el viernes 4 de diciembre de 2009, Luis Alberto Spinetta brindaba un concierto histórico, único, extraordinario e inolvidable ante 35.000 espectadores en el estadio «José Amalfitani» de Vélez Sarsfield. Allí, cerca de cumplir cuatro décadas de trayectoria, el «Flaco» reunió a sus «Bandas eternas», Almendra, Pescado Rabioso e Invisible, además de tener encuentros musicales increíbles con Charly García, Fito Páez, Gustavo Cerati, entre otros. Su triste e inesperada partida física de este mundo, el 8 de febrero de 2012, no hizo más que agigantar la relevancia de aquel show que tuvo 51 canciones y duró más de cinco horas.

Y el único fotógrafo oficial de escenario que retrató a pocos metros toda aquella noche, fue Hernán Dardick (44), un ser sensible nacido en Capital Federal pero que hace siete años está radicado en la vecina Santa Clara del Mar, y que en una profunda charla con 0223 recordó cómo vivió desde su privilegiada posición aquel recital. Su trabajo de más de 1.000 fotos, se transformó -con 56 imágenes- en uno de los dos libros que integró el Box Set de 3 cd´s y 3 dvd´s que salió a la venta para los fanáticos del «Flaco».

Pero también la fecha sirvió de disparador para describir el hermoso vínculo de amistad que este profesional gestó con Spinetta, desde aquel estudiante de fotografía que se animó a llamarlo para hacer un fotoreportaje para un trabajo práctico, hasta su despedida telefónica dos días antes de su muerte, todo en un intenso ciclo de los últimos cuatro años de vida de este prócer del rock continental.

Autoretrato de Hernán Dardick.

El estudiante que sólo conocía algunas canciones de Spinetta

Corría el año 2008, y Hernán Dardick era un entusiasta estudiante de fotografía en ARGRA (Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina). Hacía algo de sociales, y sacaba fotos de los partidos del club de sus amores, Almagro, en la B Nacional de fútbol. Sus oídos escuchaban música de Charly, y géneros como el reggae y el ska. ¿Spinetta?, «No era fana, conocía 4 o 5 canciones nada más», se sincera Hernán en el inicio de su relato. Resulta que el exigente y experimentado fotógrafo Julio Menajovsky, en la cátedra de fotoperiodismo, le encargó un trabajo práctico: elegir un personaje y contar una historia. Un fotoreportaje. «Desde el primer momento se me había ocurrido hacerlo con Luis, sabía que tenía que hacerlo con él, aunque también era consciente que sería imposible», añadió Dardick, que consiguió el teléfono de la casa del músico y comenzó a llamarlo.

«Después de varios intentos con su secretaria, sin respuesta alguna, un día logré preguntarle a él si podía hacerle la nota y me dice que no había ningún problema, pero que vaya al otro día a las 2 de la tarde. Esa respuesta fue tremenda, no lo podía creer», recordó. «Yo era un estudiante y me abrió las puertas de su casa. Si hubiese sido alguien con una trayectoria, lo más probable era que me dijera ´no´», agregó el fotógrafo. Lo cierto es que fue a su casa-estudio «La Diosa Salvaje» del barrio de Villa Urquiza, realizó una serie de fotos y, entusiasmado, se las mostró a Menajovsky, «un gran profesor y profesional». «Y me desaprobó, porque el personaje, o sea Luis, le había ganado al fotógrafo. No había podido cumplir con el objetivo». Frustrado, Hernán fue por otros personajes: «un jardinero, y el hijo de una señora que cuidaba coches». Sin embargo… «A los pocos días recibí una llamada de Luis preguntándome cómo me había ido con mi trabajo. Y le respondí la verdad. Sin dudarlo, me dice ´hoy no puedo, venite mañana a la tarde de nuevo y cambiamos la estrategia´. Y fue así. Sin guitarras, le saqué fotos cocinando, de entre casa. Y permitió que le haga una toma con «Poli» (Mercedes), su novia. Salimos un poco de lo que es la música. Entendí por qué me había ganado ese personaje». Finalmente, por aquella foto entre Spinetta y su novia, el profesor lo terminó aprobando.

«Ahí fue la primera vez que le hice fotos a él. Antes, le había hecho una fotos en la presentación del disco Pan (2006), con la que fue mi primera cámara. Con el tiempo, le regalé las fotos y él se las entregó a su madre Doña Julia. Un honor para mí», agregó.

Aquella larga noche inolvidable de Vélez

El 26 de junio de 2008, Luis Alberto Spinetta lanzó su último disco de estudio en vida, «Un mañana». Y el «Flaco» sorprendió nuevamente a Hernán Dardick al pedirle si le podía hacer las fotos durante la grabación de los videoclips de las canciones «Mi elemento» y «Hiedra al sol». «Como Eduardo Martí (´Dylan´, mejor amigo de Spinetta y fotógrafo personal de su carrera) estaba abocado a la dirección de fotografía de los videos, pude hacer ese laburo», expresó. Conforme por la tarea realizada, el creador de «Muchacha ojos de papel» redobló la apuesta al año siguiente: «me ofreció ser el fotógrafo de escenario de Las Bandas Eternas unos ocho meses antes del show. Y me fue contando que iban a hacer un librito con 8-10 fotos, que luego terminó siendo este libro hermoso que creo, para mí uno de mis mejores trabajos por no decir el mejor», sentenció a 0223 quien es hincha fanático del Club Almagro.

Dardick y un Spinetta caracterizado en la grabación del video de la canción «Mi elemento».

Una responsabilidad enorme para quien, justamente en 2009, finalizaba sus estudios. Un master en fotografía con el ícono del rock de su país.

-¿Cómo tomaste aquella posibilidad, siendo que no eras un experto y tenías enfrente un show único?

-Me preparé durante todo el año para hacer el show.Me ayudó mucho tanto en lo fotográfico como lo psicológico mi profesor, Enrique Abbate. Lógicamente tenía muchos miedos, pero entre Luis que me daba seguridad y mi profe que me dio la enseñanza y la capacidad de resolver fue todo mucho más fácil.

-¿Qué recordás de aquella jornada?

-Fui muy temprano a Vélez y sabía que iba a ser una noche inolvidable. Estuve en los camarines antes de que empiece el show, iba y venía a ver qué podía captar con la cámara, aunque sabía que lo mío era el escenario. Trataba de no incomodar ni molestar a ningún músico, y estar concentrado para lo que venía. Fue largo. Llegué al estadio a las 2 de la tarde y me fui a las 4 y pico de la mañana.

-¿Cómo viste la relación de los inmensos músicos que subieron a tocar con Luis?

-Se notó un respeto de todos los músicos y una admiración hacia Luis muy fuerte, desde Gustavo Cerati, Charly García, Fito Páez hasta los que compartieron bandas con él todos al admirando a un gran maestro.

-Entre tantas, ¿qué foto fue la que más te gustó de las que hiciste?

-Hay muchas fotos que me gustan del show, pero bueno, siempre creo que se pudo haber hecho mejor. Soy muy crítico de mi trabajo. Si tengo que elegir una, elijo la de la tapa del libro porque fue algo mágico. Y, aunque no es mía, la de la tapa del disco, ese marciano luminoso que en realidad es una ventana de la sala de ensayos que sacó Eduardo Martí. Son dos fotos sobreexpuestas. ´Fue una foto mágica y de intuición.

-Estar tan cerca fue un privilegio, dentro de la responsabilidad que tenías, ¿te quedó grabado algún momento especial observado por tus ojos?

-No solamente me quedó grabada en la mente sino también en el corazón, el momento cuando Luis y Fito tocaron ´Las cosas tienen movimiento´. Es una canción que la escuchó al día de hoy y se me caen las lágrimas recordando el momento, los aromas, las miradas y condiciones arriba del escenario. La escucho y lloro como un nene, je.

-Fue un concierto de alta exigencia física y mental para Spinetta, ¿cómo lo notaste desde arriba del escenario?

-No lo noté nervioso, sí cansado porque fueron muchas horas. Pero lo noté entero. Estaba preparado Luis por si pasaba algo  o si no podía llegar a tocar todo el show, estaba el ´Salvatore´ Guillermo Vadalá (así lo llamaba al bajista de Fito Páez y que ayudó a Spinetta a recordar viejos acordes). Luis terminó entero después de tocar muchísimas horas con todas sus bandas y felices todos los músicos de poder compartir esa noche inolvidable.

-¿Cuál de las «bandas eternas» te impactó más?

-La verdad que todas las bandas me gustaron muchísimo, pero ver a Almendra después de tanto tiempo, con esos pelos blancos de la experiencia, esos acordes.. .la verdad que me quedo con esa reunión porque fue muy emotiva.

Almendra en el cierre de su presentación, tocando «Muchacha ojos de papel».

Esa noche de viernes de diciembre, a contramano del cercano verano, fue totalmente fresca para los espectadores en el Amalfitani. Así lo sufrió Dardick: «Luego de terminar el show saludé a algunos personajes y me fui a mi casa a dormir porque estaba totalmente filtrado y muerto de frío. Había ido en bermudas y remera. Luis siempre me decía que era ´muy bermudero´», recuerda con una sonrisa.

Con todos los músicos sobre el escenario, la despedida final de Spinetta en Vélez. 

-¿Cómo trabajaste en la selección de las imágenes para el libro?

-Dos días después del evento le llevé la tarjeta de memoria a Luis Alberto. Cuando vio el trabajo me dijo que íbamos a hacer un libro con muchas más fotos de lo que habíamos hablado al principio. Miramos las tomas un montón de veces y las fuimos eligiendo entre él, Eduardo Martí y el diseñador Alejandro Ros. Cada uno desde su punto de vista, aportaba lo suyo. Hay una historia muy linda con la tapa y la contratapa del disco. Ros quería una foto que terminó siendo la contratapa, y yo, la que terminó siendo la tapa. Para que fuera así, sin decir lo que queríamos cada uno, le preguntamos a Luis que eligiera entre número 1 y número 2. Y Luis eligió la que es la tapa.

El vuelo al fin… : «Aguante Almagro»

«Yo lo he visto sacar a fotógrafos corriendo de al lado de él, literalmente. Por ejemplo, la última vez que vinimos a Mar del Plata (enero de 2011). Yo ya vivía en Santa Clara pero acompañé a la banda, estuve en el escenario como un músico más. Y ahí vi que sacó corriendo a uno. Tenía su carácter…», rememora Hernán Dardick sobre el temperamento del «Flaco», tan amoroso como «calentón».

La fotografía, por designios del destino, unió a este hombre de una forma muy especial con Luis Alberto Spinetta. «Teníamos una conexión muy fuerte y un respeto mutuo», comenta. Y en la intención de explicar por qué se cruzó con ese espigado y especial músico, analizó: «Siempre supe que no era el mejor fotógrafo y que él podría haber contratado a un tipo diez veces mejor que yo. Pero hubo algo en mí, y algo en él, que él sabía que yo tenía que ser su fotógrafo. No tengo dudas. No fue por mi capacidad como fotógrafo, sin desmerecer mi laburo», quiso dejar en claro quien hoy habla del «Flaco» y se emociona.

Spinetta en pose de felicidad, en la grabación de «Mi elemento».

Porque Hernán conoció al hombre-amigo-ser humano Spinetta en su máxima dimensión. Así surgen varias anécdotas. Entre ellas: «Mi hijo Demi, cuando tenía 7 años tocaba la guitarra y un día me dice ´tomá pa, mandale esto a Luis´ y me da una púa suya. Yo, con mucha vergüenza porque era Luis Alberto Spinetta, se la doy y le digo ´Luis te la manda mi hijo´. Y él la agarró y la guardó en una lata mágica donde tenía todas las púas que le habían regalado amigos y artistas, también de su hijo Dante, incluso suyas. Y sacó una púa de él y me dice ´esto es un pacto entre músicos, tomá mandale a Demi una mía´. Así mi hijo tuvo su primer púa de Luis. La segunda se la regaló cuando fuimos invitados a verlo a un show en La Plata, que fue hermoso», recordó. «Después que Luis nos deja físicamente, mi hijo viene y me dice ´papá, estas púas son tuyas´», agrega entre lágrimas.

Spinetta en la grabación de «Hiedra al sol».

Quien hoy es fotógrafo de la banda «The Skatalites Loquillo», entre otras agrupaciones vinculadas al ska y el reggae, define a Spinetta como «carismático. Tenía esa esencia que todo lo hacía mágico. Era un actor de la puta madre, era un gran músico, pero un actor de Hollywood. Un artista muy completo, hacía unos dibujos tanto con papel y lápiz como con Photoshop alucinantes».

Lamentablemente, la vida de Luis Alberto Spinetta comenzó a apagarse cuando en julio de 2011 le descubren un cáncer de pulmón. Un golpe inesperado para sus cercanos y admiradores. Hernán Dardick vivió con angustia todo ese trayecto hasta el triste 8 de febrero de 2012: «Fue muy complicado para todos los que lo queremos ver cómo estaba. Siempre él estuvo muy entero tanto psicológicamente como espiritualmente. Aunque su físico se deterioraba junto a su voz», relató. «Yo me iba informando de su estado por Gustavo (Spinetta, hermano), que se portó de primera».

Emocionado, con la voz entrecortada, el fotógrafo recordó sus últimos contactos con el «Flaco»: «Lo vi en los primeros días del 2012, estaba bastante complicado. Y después, dos días antes de que se vaya físicamente, hablé telefónicamente con él por última vez. Lo último que me dijo fue…nada, me lo guardo para mí (se quiebra). ´Aguante Almagro, loco´, me dijo. Eso sí. El resto de las palabras, quedan en mi corazón para siempre. Me agradeció por todo, y fue como una despedida….».

Dardick participó recientemente con sus fotos del documental «Bios» del canal NatGeo, y también aparecen sus imágenes en la recién publicada biografía oficial de Sergio Marchi, «Ruido de magia» (Editorial Planeta). Mantiene una relación con la familia Spinetta, luego de estos últimos proyectos: «Son toda gente de primera, muy buena. Junto a Luis, conocí a Doña Julia (mamá del ´Flaco´), estuve en la casa histórica de Arribeños, comí con su familia en distintas oportunidades», recordó.

Hoy, Hernán lamenta no contar con Spinetta en este mundo: «Lo extraño muchísimo, loco. Es algo que nos duele a todos. Hasta el día de la fecha no entiendo por qué le pasó a él ni por qué tan rápido. Pero bueno, tenía que liberarse. Tenía que ser así».

Por último, con 44 años, Dardick es un joven abuelo de dos nietos: Gino y Frida. «Yo había adivinado que el varón iba a nacer un 30 de diciembre. Como yo cumplo el 30 de enero…tiré esa fecha y acerté. Cuando me preguntaron cuándo iba a nacer la nena, dije ´23 de enero´, día del nacimiento de Luis Alberto Spinetta y también la fecha en la que conocí a la madre de mis hijos. ¿Qué día nació mi nieta? Este año, el 23 de enero. ¡Mirá, chabón, si no estamos conectados!».

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